vendredi 1 mars 2019

Nunca el fuego

Quisiera hablar del fénix
no del fuego.
Una guitarras me rompe el tímpano
y repito
y me doy cuenta lo rápido
lo repetido
la guitarra, el tímpano, el fénix
nunca el fuego
nunca el fuego.

Quisiera que no existiese el subjuntivo
los mosquitos.
Dibujo un doctor
que me examina, me diagnostica, me receta
dibujo un pegaso
no un pájaro
no un caballo.
Hay tantas evidencias escritas
tanto de donde comenzar a inventar.
Soy una cuenta regresiva
un cosmos completo
un diagnóstico
soy un tímpano roto, una guitarra
una ventana abierta
un conventillo
una cañería rota.

Quiero cambiarlo todo
por un silencio, un espacio mudo.
Cubro todo con ladrillos, pedazos de madera, imágenes
palabras y repito
y me doy cuenta lo rápido
las estaciones
el gato
las páginas no leídas
nunca el beso
nunca el fuego.

Quiero interpretarme
traducir los símbolos, las ideas, los gestos.
Enciendo las luces
recuerdo algunas primaveras
un living con olor a flores blancas
recuerdo algunas primaveras muertas
y cierro los ojos.
Qué extraña forma de habitar
de gastarme de más o de menos
cortando verduras
cortándome la cabeza
nunca las alas
nunca el fuego.

Quiero rodar hacia alguna parte
saltar en las nubes
ver bajo el agua
reírme de mí
caer por la escalera
ser
yo
sin interpretaciones
sin la música cubriendo el espacio.
Frente a frente
yo
ser
frente a las apariciones
a las sombras
a los gestos
a las ganas
a lo que hice
en esta eterna borrachera
en este paseo por el living.
Yo
el cactus
la flor
el abeja
la primera vez
nunca el agua
nunca el fuego.

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