mardi 19 février 2019

Loisir

Pinto las paredes de azul
escribo que estoy feliz, en la pared.

Rosas, chocolate, incienso
flores de cerezo en el parlante.

Francés, sueco, un poco de alemán.
Me debato si el fuego
se toca o no.

Caigo lentamente sobre un charco
produciendo ondas que rebotan
contra mí.
Caigo lentamente dentro de una gota
el rocío dentro de una telarana.

Un par de pastillas
Un par de gramos
Un par de cigarros
Un par de piezas
adornando la pared.

Dibujo olas en el mar
esparzo maquillaje en mi rostro
muevo las manos, los brazos
esperando el ojo por la ventana.

Vainilla, canela, incienso
crisantemos en el parlante.

Sánscrito, griego y un poco de latín.
Me debato si el viento
se toca o no.

Tan sexy

Tan sexy como una mosca
deslizándose
en el comienzo de las falanges
en el comienzo de los dedos
en el comienzo
chupando con mi trompa.

Tan sexy como una guitarra eléctrica
deslizándose
tocando los gritos
tocando las cuerdas del piano.
Pensando con el culo.

Tan sexy como el ula-ula
deslizándose
en el comienzo y en el final
de las manos
en el comienzo de los pies
en el final de la cabeza
en la cintura, en los hombros, en los brazos.
Invernando en la playa del verano.

Tan sexy como un organgután
deslizándose
en el final de las ramas
en el final de los bosques, de las junglas
en el final de una era.

Tan sexy como la distancia
deslizándose
en el comienzo de un beso
en el comienzo del vinilo
tocando la espera.

Tan sexy como la complicidad
deslizándose
en la sonrisa, el beso de despedida
en la forma de fumar
en la forma de hablar
de recomendar música
de recomendar venir conmigo, otro día.

Tan sexy como mi manera de ser sexy
deslizándose
en lo que no tengo de piernas
en lo que no tengo de cuerpo.
Deslizando
el humo de un cigarro
el playlist listo para ti
deslizando
cualquier gesto amable en mi mémorial
cualquier palabra dicha en la playa
deslizando
el respeto previo a la caída del cielo
el amor por ti, por los gatos, el café.

Tan sexy como las locuras
deslizándose
en la música, en la poesía, en un disco
en ti, en mí, el humo, el humo
en el tiempo al final de las manos
en la memoria al final de la cabeza
en los vinilos tocando gritos
en los bosques que sequé
intentando encontrar mi dolor.
Tan sexy como las locuras
deslizándose
pour amour.

Cuando observo desde la terraza del Mall

Cuando observo desde la terraza del mall
la costra seca
la serpiente con las venas expuestas
cuando disfruto de, algún
minúsculo encanto de la burguesía
y observo desde la terraza del mall
tomando un café amaretto
intentando beber, en paz.
Disfrutando.

Observo desde la tierra
el mar
lo más élégante de la serpiente
la espuma
la eterna promesa de una Venus
la pasajera perfecta del oleaje.

Cuando observo y logro callarme
sorbo un trago del espacio
siento lo que atravieza
el espacio
el mar
la espuma
la serpiente
los cerros
el crepúsculo
las luces charlando
las rocas
las gaviotas
Eterno paseo la lugar de siempre
y las nubes...

Cuando observo el infinito respirar
de las rocas, de la tierra y el mar
El desierto más árido
y Violeta repitiendo
Arriba quemando el sol.

Cuando observo el poder de los cerros
la fragilidad de las casas
las costas obstinadas
las manchas en las manos de mi madre
la fragilidad de los recuerdos
la fragilidad del momento
Diez milimetros de lluvia
Un terremoto
Un tsunami en Chile
Un tsunami en Chile pour un terremoto en Japón.
Un suspiro de la tierra
Que quiebra todo
Que traga el mar
Que cubre el barro

Cuando observo desde la terraza del Mall