samedi 27 juin 2015

Trampas

Un cigarrillo que está demás
me hace preguntarme si un cigarrillo
puede estar de menos.

Todo el escenario está frente a mí
y el público espera como siempre,
en sus mismas butacas
en sus mismos coloquios.
Perdería mucho tiempo contando
la cantidad de rostros que plasmados
en el cuadrilátero
observan mis operaciones.
Así que, tendida la trampa,
la finalizo... Son 219 rostros
y un monstruo de hierro.

El telón está a punto de caer
y el público espera como siempre,
que termine de decorar
que termine de codificar.
Perdería mucho tiempo ordenando
el caos venusiano que concentra
en el tórax
un huracán con tu nombre.
Así que, tendida la trampa
la finalizo... Son 2262 kilómetros

y una mole de granito.

vendredi 26 juin 2015

Palabras al azar

Se esparce en el aire
un espiral de humo.
Se desliza un halo acuoso
entre piedras negras.

Un arpa histérica
por el canto de los pájaros
lloriquea como estrellas
en la jungla.
Y mi voz extasiada
escoge palabras al azar.

Calle

Calle
calle durmiente
calle
calle ladrando.

Resaca II

Hubo una noche en que no bebí,
lógicamente estaba deshecho.
La noche nublado la luna
dormía su resaca.

La respiración obstruida
inconstante.
El humo me embriagó de todas formas,
fue una apertura de persianas
un vistazo refulgente
del sol en mis entrañas.

Una sombra más grande
ocultó la mía,
un diamante de sal
fue lo único que brilló
entre las horas
del velorio anticipado a tu muerte.

Comencé a leer el índice de mi vida.
Sólo hojeé algunos capitulos
del final,
Vi tu imagen
tras ciertas palabras de amor
vi tu imagen
tras ciertos actos.

El canto de Júpiter

Revivo viejos zombies de la hipoxia
enterrados entre pliegues mentales.
Como un trago amargo de mí mismo.
Soy yo, en teoría,
Ka, Ba, y Ren.

Pensé que todo había terminado,
e iluso de mí, encontré una diferencia
ahora me cuesta más que antes llorar.

Arrojo al suelo mis acciones
mi corazón me succiona
mientras lo que manejo de mí enmudece.

Me abandono totalmente,
puedo oír el canto de Júpiter
y el vacío en mi estómago.

Recibo lo que merezco, lo sé
¿Cuánto vale la paz?

El momento de no poder tomarme

Hay una pausa hambrienta,
que impide mi correr
y me cubre por completo.

La he llamado durante toda la vida
"el momento de no poder tomarme".

He buscado a lo largo
y a lo ancho de mi cama,
algún secreto perdido,
entre amaneceres asfixiados,
silencios aturdidos,
y mi carencia de palabras.

Nunca fui resiliente
y daba rápidos rodeos
frete a un escalofrío,
o bajando las escaleras de mi cuello.
Todo fue igual
dentro de mi precaria
y programada
forma de tomar de lo que es.

Puntos de conflicto

El piso situado bajo mi cuerpo
ha supurado alegría
en los sectores arrasados por tus labios.

Escribo pensamientos homokarmáticos
como mujer desesperada
sintiendo dolores que finje no poseer.

Calentando baldosas con mi quietud
todo motivo es la sensación,
reina absoluta en concilios ojerosos.

Esta noche he decidido no escribir
nuevamente con tu imagen enredada
a mis intestinos.

Se ha roto la cadena oxidada
uniendo nuestros meñiques
nuestros órganos estimulados,
nuestros puntos de conflicto.

A memorias del ángel caído

Camino en un mundo peligroso, hostil y salvaje.
Un mundo donde caminar solitariamente la noche es peligroso,
donde presencio el total desprecio de personas a personas
madres a madres
padres a padres,
hermanos a hermanos
nosotros a nosotros.

Prueba final que cuantifica el odio en la profundidad del ser,
el odio
el odio a ser
el odio a ser un ser humano.
Nuestras almas concubinas del egoísmo.
El pedalear de todos para esta máquina
que nos es de nadie,
el empujar un bote al cual nunca subiremos.

“Ah, qué bello fue. Yo no lo vi, pero me lo contaron: Cuando eran llevados a la cámara de gas uno de los grupos de Auschwitz, una mujer que era bailarina realizó su último gesto de libertad y bailó, bailó desnuda, con la cabeza rapada, por el amor que el arte revivía en ella. Y aunque fue inmediatamente fusilada, quedó en aquel lugar, ante los ojos de aquellas pobres personas, un recuerdo de la libertad, una pequeña libertad que danzaría entre ellos.” (Memorias del Ángel caído, Marta Oliveri).

Al fumar recuerdos de la que creo es otra vida,
vida que disfruto en cinco minutos,
se escapan de la memoria tan frágil
flor de nieve.
Nieve, otoño
y las escarchadas maneras de besar la vida.
Tratando de pedalear más y más rápido,
tratando de llegar a metas invisibles.
Tratando de zurcir el traje nuevo del emperador.

También juego a ser un humano de vez en cuando,
tratando de tratar,
intentando llevar a cabo este intento fallido.

Sólo quiero danzar esta danza mía.
Quiero bajar de la máquina
que no me sirve y... No quiero construir otra nueva,
sólo quiero danzar
sólo quiero danzar esta danza mía.

samedi 20 juin 2015

Colapso

El colapso es inminente.
Hielo y carbón.

Espacios

El mundo se alarga
los espacios se hacen más espaciosos,
como una bomba de vacío.

Todas las respuestas fueron afirmativas,
con el fuego de una herida
con los remolinos del tiempo,
con los ajetreos del día a día.

Se apagaron luces
se encendieron miedos.
Desearía mil cosas que no fuesen esta
pero digo sí, y recibo alegre el caos
el alma.

Las noches se me alargan,
me he sentido un poco más triste
y te sumo a la cuenta atrás
de cada noche hilada por el insomnio.

Siento el alma
como apagando una vela de cumpleaños,
como una nota de acordeón
cociendo una letra ese silbada
en un horno de barro.

Las preguntas se alargan,
y ya no hay intentos de tomarlas.
Todas las respuestas fueron afirmativas,
el miedo de romperme las manos
al aplaudir mi regreso a tu labios.

Il n'y a pas un bouton rouge III

Penses-tu réellement
je veux vivre comme ça?
C'est vrai, je ne dors pas
c'est vrai mon visage.

Qu'est-ce que vais faire là-bas?
Voici la première question qu'on dit
chaque fois
encore fois
(je ne sais pas comment l'écrire, comment le dire).

Je suis fou.
Un fou qui veut d'être arrêté pour tes bras
un fou qui veut manquer les ombres.
Je suis fou
et toi tu es aussi,
un fou qui veut trop
un fou qui veut
et moi, et moi j'en suis pas au contraire.

Je ne sais pas vraiment comment m'envahir.
Je cherche un autre bouton,
un autre façon à voyager rapidement
et me couper le cœur doucement,
et me quitter dans mon demi-coin
me quitter sans vitesse
seulement me quittes.

lundi 15 juin 2015

Hijo prematuro del insomnio

Mi olfato ha demostrado no fallar,
aun preludiando mi nuevo récord
de horas sin dormir.

Existen ya varias formas novedosas
de cómo sostener el cuerpo.
Y éste se retuerce en calambres
con signo de veneno.

Un mundo interior agitándose
invocando azares vaporosos,
eterna ciudadela nocturna.
Como serpientes hechas cascabel
logran colmarme con sonidos,
absorben escalinatas acústicas
donde fue forzada la anarquía celular.

Donde traspiraron migraciones
y las únicas respuestas posibles
fueron confundidas con fantasías.

Mi boca fabricó un sinnúmero
de verídicas e inescrutables razones
para convencer a la psyquis
y tragar contento.
Hay cosas que nunca alcanzaré a escribir.

Cansancio

El diablo se cansó
cuando dejó de ser pecado
usarte.

Las palabras se cansaron
cuando dejaron de ser usadas
a tu favor.

Insectos

Hay algo pudríendose bajo la cama,
hay millones ojitos mirando
desde sus diferentes perspectivas
la anarquía bing-bangiana.

Todos testigos de mis inciertos horarios,
de mis más absurdos hábitos, mis TOCs.
Han estado muy contentos de verme
y me han obligado a quedarme al té.

Poco a poco comienzan a hablarme,
primero unos, luego aquellos,
un par, un millón de voces
un millón de ojos
un millón de veces
ansiosos por hacerse escuchar.

Lógicamente quedo perplejo,
decido ignorarlos, fingir al menos.
Ellos gritan, cuentan mis obsoletos
repiten palabras que había olvidado.

Muy seguros de conocerme a la perfección
se aventuran a persuadirme con fragmentos
de hojas que arrojé al piso semiterminadas.
Con ideas rotas, con menstruaciones de la pluma.

Conservo la calma...
Ignoro al insectoide
que abre la puerta de mi habitación.
Bajo la cabeza concentrando la sangre
sobre el parietal.

Busco una posible explicación,
quizás la respuesta enhebrada de mi madre,
o el nombre científico para el ejemplar
qué continúa mirándome,
un millón de veces
con un millón de ojos
mientras lo huelo.

1600 horas

Un torbellino digital
de letras en verde
y números en rojo.

Una espiral ascendente
de risotadas diamantinas,
de carreras estorbadas.

Pasó a través de mí,
entró por un oído
salió por el otro.

Sonidos de baja frecuencia
mezclados a la alarma del reloj,
mientras voy comiendo segundos.

Cierta noche

Podría empezar este relato, como cualquier otro, por el comienzo por ejemplo.
Lo cierto es que no recuerdo mucho y mis neuronas están un poco sobrecargadas de tareas inútiles, por ello considero mucho más objetivo comenzar por el final.
Se conectaron la memoria a corto y a largo plazo, la sensación de realidad y mi cerebro.
No me atrevería a escribir que desperté porque ya estaba despierto, me hallaba en mi casa, en mi habitación, en mi cama, sobre un hombre (en la posición sexual que si se me permite, es la que menos me agrada), totalmente entregado al juego más común los domingos por la madrugada.
Lo inusual sin embargo, era el hecho de que sólo recordaba el momento en que saludé a mi compañero de travesuras pornográficas.
A mucho esfuerzo logré articular palabras sueltas que pronuncié con la respiración cortada rítmicamente.
-Sorry, pero no recuerdo nada-
-¿Nada de qué?- Respondió gustoso a mi resurrección repentina.
Debo agregar que si bien es cierto no dejé en absoluto de besar y tocar el cuerpo (que al parecer había traído a casa por voluntad propia), lógicamente cambié la postura (que al parecer me trajo desde el coma etílico a la realidad por pura incomodidad).
-Mmm, es que, como que no recuerdo nada desde que te saludé, no digo que no me gustes, onda, por algo estás acá… Pero no sé- La adrenalina transportó las palabras exactas por instinto
-Tampoco recuerdo si quiera haberte besado por primera vez- (No recordaba ni su nombre)
-Ehhh, cuando me fui a despedir de ti, tú me besaste – Era evidente que disfrutaba saber que yo no recordaba nada -¿En serio no recuerdas nada?-
-No, no recuerdo nada-
-¿Nada?-
-Nada-
Los movimientos se tornaron más rápidos, más certeros, se respiraba el aire denso, extrañamente no olía a sexo, más bien olía a respiración, a respiraciones a muchas bocas, a miles de pulmones. Era evidente que venía el final, por lo tanto me preparé psicológica y estimuladamente para aquel suceso. Realmente lo disfrutaba y a él también. No había tiempo para pensar y habíame percatado de la canción que sonaba a un prudente volumen para asfixiar cualquier otro sonido con “Strange Days” de los Doors.
-Germán, ¿Dónde boto esto?- Sacándome del trance délfico, apuntaba un condón eyaculado
-Por ahí, déjalo ahí- Ni si quiera sabía que me había cuidado de esa forma
Se levantó y prendió la luz, mientras yo continuaba en la cama, al encenderse los faroles blanquecinos de mi zócalo obscuro pude corroborar el hecho ya corroborado de no recordar absolutamente nada.
Mi cuarto se proyectaba más o menos así, yo sobre la cama, donde no había nada más que una almohada y una sábana, cercanos a la cama los zapatos, al menos unos cuatro pares, tres míos y uno de “él” dos vasos con algún líquido cafecino que probablemente (y así resultó ser) ron y bebida blanca( para evitar resacas). También hallábanse en mi desorden sus ropas entre las mías y una guitarra eléctrica cola de pescado, de color negro con un pequeño papel pegado que a causa de mi miopía no pude distinguir de qué era. Por cierto eran cientos las colillas sobre el piso, por ahí y por acá se repartían también los escombros de un par de copas, una botella de vino abierta, a lo lejos en el piso y de igual manera se encontraban mi bolso (cartera) y su mochila (o lo que fuese), mis llaves en la mesa de vidrio y la puerta cerrada con precisión piramidal.
Pude certificar mi buen gusto, cuando al cambiar de ángulo vislumbré su cuerpo totalmente desnudo, aún semisudado, aún con el cabello enmarañado, aún erguido y erecto.
-Debo irme- Dijiste exclusivamente con los ojos
-Ok- Respondiendo rápida y ajenamente a tu no pregunta
Comencé a aterrizar en la circunstancia en que me veía enlazado, no sentía culpas, más bien asombro, esperaba en cualquier momento saliera un ocelote desde bajo la cama o un pingüino Humbolt desde del refrigerador.
-Chao, nos vemos- Te dije dentro de la puerta de mi casa
-Nos vemos-
Era una mentira.
Y al volver a mi trinchera pude observar la magnitud del caos, esquirlas por doquier, los cadáveres de unos misiles abandonados… Y algún otro malherido en la alambrada de púas.
Mientras me sentaba en el borde de la cama con cuidado de no dejar huellas en la evidencia, pude obtener un pequeño y fugaz recuerdo de la noche anteriormente acaecida (La primera de las tres revelaciones de Fátima), en él, se oía “Immigrant song”, iba en un auto con un vaso de vidrio helado en mi mano izquierda y en la derecha un cigarrillo, botaba las cenizas por la ventanilla del copiloto, a mi lado “él”, en los asientos traseros nadie.
Fue una epifanía que enloqueció varias de mis posesiones, todo parecía un cuento de hadas a punto de terminar en un choque fatal, en un volcamiento estrepitoso hacia el mar de los olores del hambre.
Me puse de pie, encendí un cigarrillo (de pie), caminé hasta la habitación de mi hermano, a unos metros de lejanía, abrí su puerta con brusquedad al parecer estaba ansioso de verme, no por mi rectitud, contrariamente a ello, su cara de reproche por algo que yo en mi defensa mental fácilemente podía declararme inocente. Lo conozco lo suficiente como para no necesitar palabras, sólo me desplomé sobre su cama y pregunté
-¿Qué pasó ayer?-

Almagro III

Esta es sólo la primera estación
de un viaje que sellé
con mi obstinada forma
de hacer mal las cosas.

Ya descubierto el origen
de mis miedos
no tengo trucos psicólogicos
para evadirme.

Hago un alto:
¿Se puede construir un castillo
con buenas intenciones?

Hago un alto, una pausa:
¿Es inservible para ti?
¿Es inservible para mí?

Hago una pausa:
¿Podría ya abandonarte?

Esta es sólo la primera estación
de una aventura, mi égira
mi terca manera
de confiar en mi buena estrella
mi atrevido modo
de desafiar
los horizontes de la seguridad.

Almagro II

Este humo me toma del cuello
entra en mi cuerpo
ya recognizado
y manosea
así que residente
mis extrañas entrañas
gastadas.

Este cohete a reacción
toma mi cuerpo por asalto
disfraza
y pasea
con libertad el desprendimiento
de mi locuacidad.

Este revoltijo babeándome
cubre mi piel
previamente exfoliada, depilada,
pulcrizada.
Comienza la tragedia
del efebo sonriente.

Esta verídica realidad
cae desde el cielo
no necesita cubrir la luna
de nubes, de estrellas,
no necesita como yo
que necesito.

Almagro I

Todo me es prestado,
desde palabras
obstinadas
en retener segundos.
A la problemática
que hoy
nos difiere.

Quise caminar rumbos
quise vivir minutos,
quise pensar palabras mías.

Estas hojas
en el piso,
de donde vengo
son tesoros,
rara vez pasados por alto.

Este frío
en la nariz,
de donde vengo...

He sellado mi destino
por un par
de estados anímicos,
he resultado
menos temeroso
por un par
de siluetas,
de días, de manos
por un par.

Il n'y a pas un bouton rouge II

C'est comme toujours
comme une vague
comme un ménage
comme un coup de marteau
comme un seul jour à vivre.
Et la vérité me ronde
j'ai l'entendue
en général je peux l'entendre
"La vie va monter"
"N'aura pas bouton"
"Qu'on sera deux"
La vie va monter
et nous serions deux
selon...
Selon qui?

Il n'y a pas un bouton rouge

N'avait pas un bouton rouge.
Qui peut-on le comprendre?
La nature changée
la verdure disparue,
ou le mot silencieux?

Aussi maintenant,
toutes les activités
un peu prochaines
aux lettres, ils me sont
comme un terrible animal
auquel j'ai peur.

N'avait pas un bouton rouge.
Je suis désolé pour le répéter
mais ce problème
est affiché autour ce que je peux voir,
ou penser.
Toutes les autres choses
ils ne sont pas autant importants.
N'avait pas un bouton rouge
et aussi et maintenant
non plus.

Il n'y a pas aussi
et c'est mon unique problème
(ma drogue, peut-être)
mais non.
Il n'y a pas un bouton rouge
et la diffusion des couleurs
bouillant avec les doigts
de mon tellement aimé orage.
Me fait mal.

Ne fini pas ici
ne fini pas
ce problème-là
cet homme-là
cette vie-là
cette ville-là
ce sont ici
que je suis là
un peu loin de moi.

Cette obsession a touché
mon âme depuis dedans:
IL N'Y A PAS
un bouton rouge
et il n'y a pas personne
et il n'y a pas un cadeau.

Nuevo canto de amor a Stalingrado (Pablo Neruda)

Yo escribí sobre el tiempo y sobre el agua,
describí el luto y su metal morado,
yo escribí sobre el cielo y la manzana,
ahora escribo sobre Stalingrado.

Ya la novia guardó con su pañuelo
el rayo de mi amor enamorado,
ahora mi corazón está en el suelo,
en el humo y la luz de Stalingrado.

Yo toqué con mis manos la camisa
del crepúsculo azul y derrotado:
ahora toco el alba de la vida
naciendo con el sol de Stalingrado.

Yo sé que el viejo joven transitorio
de pluma, como un cisne encuadernado,
desencuaderna su dolor notorio
por mi grito de amor a Stalingrado.

Yo pongo el alma mía donde quiero.
Y no me nutro de papel cansado
adobado de tinta y de tintero.
Nací para cantar a Stalingrado.

Mi voz estuvo con tus grandes muertos
contra tus propios muros machacados,
mi voz sonó como campana y viento
mirándote morir, Stalingrado.

Ahora americanos combatientes
blancos y oscuros como los granados,
matan en el desierto a la serpiente.
Ya no estás sola, Stalingtado.

Francia vuelve a las viejas barricadas
con pabellón de furia enarbolado
sobre las lágrimas recién secadas.
Ya no estás sola, Stalingrado.

Y los grandes leones de Inglaterra
volando sobre el mar huracanado
clavan las garras en la parda tierra.
Ya no estás sola, Stalingrado.

Hoy bajo tus montañas de escarmiento
no sólo están los tuyos enterrados:
temblando está la carne de los muertos
que tocaron tu frente, Stalingrado.

Tu acero azul de orgullo construido,
tu pelo de planetas coronados,
tu baluarte de panes divididos,
tu frontera sombría, Stalingrado.

Tu Patria de martillos y laureles,
la sangre sobre tu esplendor nevado,
la mirada de Stalin a la nieve
tejida con tu sangre, Stalingrado.

Las condecoraciones que tus muertos
han puesto sobre el pecho traspasado
de la tierra, y el estremecimiento
de la muerte y la vida, Stalingrado

La sal profunda que de nuevo traes
al corazón del hombre acongojado
con la rama de rojos capitanes
salidos de tu sangre, Stalingrado.

La esperanza que rompe en los jardines
como la flor del árbol esperado,
la página grabada de fusiles,
las letras de la luz, Stalingrado.

La torre que concibes en la altura,
los altares de piedra ensangrentados,
los defensores de tu edad  madura,
los hijos de tu piel, Stalingrado.

Las águilas ardientes de tus piedras,
los metales por tu alma amamantados,
los adioses de lágrimas inmensas
y las olas de amor, Stalingrado.

Los huesos de asesinos malheridos,
los invasores párpados cerrados,
y los conquistadores fugitivos
detrás de tu centella, Stalingrado.

Los que humillaron la curva del Arco
y las aguas del Sena han taladrado
con el consentimiento del esclavo,
se detuvieron en Stalingrado.

Los que Praga la Bella sobre lágrimas,
sobre lo enmudecido y traicionado,
pasaron pisoteando sus heridas,
murieron en Stalingrado.

Los que en la gruta griega han escupido,
la estalactita de cristal truncado
y su clásico azul enrarecido,
ahora dónde están, Stalingrado?

Los que España quemaron y rompieron
dejando el corazón encadenado
de esa madre de encinos y guerreros,
se pudren a tus pies, Stalingrado.

Los que en Holanda, tulipanes y agua
salpicaron de lodo ensangrentado
y esparcieron el látigo y la espada,
ahora duermen en Stalingrado.

Los que en la noche blanca de Noruega
con un aullido de chacal soltado
quemaron esa helada primavera,
enmudecieron en Stalingrado.

Honor a ti por lo que el aire trae,
lo que se ha de cantar y lo cantado,
honor para tus madres y tus hijos
y tus nietos, Stalingrado.
Honor al combatiente de la bruma,
honor al Comisario y al soldado,
honor al cielo detrás de tu luna,
honor al sol de Stalingrado.

Guárdame un trozo de violenta espuma,
guárdame un rifle, guárdame un arado,
y que lo pongan en mi sepultura
con una espiga roja de tu estado,
para que sepan, si hay alguna duda,
que he muerto amándote y que me has amado,
y si no he combatido en tu cintura
dejo en tu honor esta granada oscura,
este canto de amor a Stalingrado.

jeudi 4 juin 2015

He vuelto a pensar

He vuelto a pensar
en el mundo,
como un disco de arcilla
flotando en el éter
del espacio siniestro.

He vuelto a pensar
en rejas,
en jaulas inexplicables
hechas de concreto hormigón
hechas de tácita carne.

He vuelto a pensar
en las pasos que he cedido,
en los campos minados,
en la torpeza implícita
a mi condición humana.

He vuelto a pensar
en la inmortalidad.
Miento,
he vuelto a pensar
en el tesoro de mi mortalidad.
He visto mis sesos salpicar
la pelea de flores en la pared.

He vuelto a pensar,
a desconectarme de todo.
Arrojándome a los dedos del tornado
he caído sobre una balsa agujereada
con un reloj marcando la hora
de algún sitio.

He vuelto a pensar
en el mundo
sólo como entretenimiento
para la memoria.