mardi 29 mars 2016

Catapultado

Me levanto catapultado por la cama
rápidamente tomo la ropa
incluso la que no es mía.
Me preguntas muy preocupado
si voy a alguna parte...
Esta pregunta hace eco en mi cerebro
esconde una ironía
que sólo yo comprendo.

Ironía la vida,
al verme cautivo en una jaula
de matices pasteles
y sonrisas en fotografías.

Me levanto catapultado por el miedo
rápidamente busco la forma
de boicotearme
de perderlo todo en su conjunto.
Me preguntas muy preocupado
si voy a alguna parte.
Con treinta pesos
en una ciudad donde los niños
ofrecen cuchillas.
Con un mapa mojado
y un guía durmiente.

Ironía el amor,
al verme cautivo en una habitación
de silencios continuos
energías extrañas
y empatías recortadas.

Me levanto catapultado por la mierda
rápidamente busco alguna forma
de enfriar mis pensamientos
de perder la naturalidad.
Me preguntas muy preocupado
si voy a alguna parte.
Con todas las sonrisas
en el bolsillo,
con todas las noches felices
en la espalada.
con la cosecha aún en verde
y los papeles en rojo.

dimanche 20 mars 2016

Palomas negras

He revuelto maniático
el laberinto del dios yo.
Buscando algo que no hallé
y reemplacé con culpas.

Escudriñé mi muerte anticipada
en la montaña del consciente colectivo.
Cincelando cada reglón
con la filosofía de la rabia
con la plaga del tesoro gris.

El tiempo se medía en ganas de orinar,
divididas en cigarrillos.

Tuve el sentimiento de autopistas vacías
en mi corazón,
escribí palabras invisibles
con las yemas de mis dedos
y tuve el valor de sobrevivir
a la locura de saberlo.

Hay sólo un camino donde dejarse volar.
No hay viento en el túnel.

No me gustan los cigarros con menta
quizás por eso termino drogándome solo.
Te conviertes en un pretexto
para continuar despierto.
Arrancando las hojas de mi cráneo
arrancando los porqués de mi telerradiestra.

Se ha roto el acuario de mis fluidos.
Agoté toda sabiduría en planes para volver a  respirarte,
me vierto primitivo
y comienzo y pretendo y tanteo
hablar desde el asco
pero soy dependiente a los gritos de mi cuello en soga.

vendredi 18 mars 2016

A veces

Puedo elevarme del suelo
del cielo,
ahí, donde el infinito se enrojece
se bifurca.
Se bifurcan también las pupilas
al color de la adrenalina.
Se pierden capturando imágenes
adheridas a mi espalda.
Pero sólo a veces.

Puedo desfilar sobre la cuerda
al mismo tiempo
se unen los núcleos
se desprenden bacterias.
Trazan paisajes que no importan
al final de la noche.
Salto airoso los hilos de esta guitarra.
Otras veces no.

Puedo correr sintiéndome inquebrantable,
entonces, extraño tu brisa tibia
en mi cuello.
Me alimento en la justa medida
sobre la línea del hambre
por debajo de la fotosíntesis.
Levanto rugidos de nada
sobre las astas del gentío.
Aunque pocas veces.

Puedo ser un ignorante
que ha oído de todo,
marcho junto a las masas
enemistando mis odios.
Sacudo las migajas
de mi informe clínico.
Transformo las vibraciones
opacándome al máximo.
No sé cuántas veces.

Puedo ser un estúpido
escupiendo mentiras
en ofensa a la verdad.
Puedo establecer relaciones
lejanas a este sistema solar.
Puedo vestir mi piel
y calzar mis pies.
Subestimo el valor de una idea robada.
A fin de cuentas, así somos todos,
a veces.

samedi 12 mars 2016

Sobredosis crepuscular

Empezó como un rugido del mar
ensartado en mis oídos.
Luego la ola y su torrente curvo
curvando el mundo.
Difuminando con su corvo de agua
la violenta imagen sensorial.
Sobreponiendo universo tras otro
dentro de torrentes curvos.

Fotografía cóncava
penumbra marina.

Estallé en risas al comprobar
la escalada
el tsunami mental.
Ellos que miran lo saben mejor,
no estoy bien, coexistimos.
Exclamé alertando entre burlas:
-Espera-
Me sostuvo como siempre la izquierda...
De mis osamentas, según recuerdo.

Se llevó mis muslos, mi caja torácica
unidas elásticas a mí.
Sólo restaron aquí mi cabeza, mis pies,
mi sexo.
Estirado a más no poder
en colgajos adrenalínicos.
Luché contra ellos
contra el maremoto mental
y el océano terminado en “sis”.

Me desarticulé
ansioso por encontrarme.
La rabia espumosa
en cada ladrido, en cada latido.
Quise arrojarme contra la pared,
pero contengo el tren de huesos
descarrilando mi mandíbula.

Quizás fue así
quizás no.

Fui fuerte y resistí
con el pulso en cero
frente a ellos,
quienes observan lejanos
con ojos naranja.

Sensaciones inexistentes
como el vapor rodeando el planeta.
Minutos pausados
de la esquizofrenia colectiva.

Sucesivamente se fueron desplomando
las partes de un ser ilusamente
entero.
No tuvo un final
se deshizo despacio
se derritió en mi boca
saltó al agua
me rasqué la cabeza y quise más.

Adiós

La miopía de mis ojos
enhebra los últimos días.
La etapa más festiva
se derritió entre burbujas.
Como meteoritos mezclando el caldo silvestre
como ambrosía del amargor
como la cornisa de una lluvia.

Recuerdo que ya lo sabía,
recuerdo conocer el desenlace del cúmulo
recuerdo encuentros fuera de mis pestañas,
e incluso recuerdo el día que fluyeron palabras.
Todo peso muerto para la memoria.

Ya no puedo saludar cuando regreso
voy de salida y sólo puedo despedirme.
Debo concluir el besuqueo entre estas sombras y yo.

Lago mental

Disparo mis ojos al aire
como dos bolas de nieve.
En medio de la escalera
un hombre desnudo
acomoda faroles,
los entrevista.

Un sonido horrible
la realidad.
Un selecto hatajo
observa desde el palco.

De mi frente germina un símbolo
una estrella mal dibujada.
Mis ojos
y el público aplauden.

Un satélite minúsculo ronda
cual abeja artificial.
Una vaca ladra flores de fuego
tiene tatuado el mundo.

Todo forma una energía anémica
que toma parte en las visuales
donde caminaba
en la costanera del lago.

Una pausa

He encontrado sentimientos perdidos
en la montaña de palabras
pensamientos múltiples veces procesados
y el afecto que sentía hacia todas ellas.
He comprendido
montaña de palabras.

No todo dolor daña en profundidad
en mi camino les acompañé a llorar
produciendo un alud sobre mi cabeza
se oía rebotar mi nombre en las paredes
me mostraron fingiendo no verlos.
No todo dolor daña
en profundidad.

Montaña de palabras,
quemadas en orden alfabético
imágenes conducidas en fila.

Como un pájaro que explota
como una marea roja
como una bomba de racimo
como un diente tragado,
como una pausa.

Summertime

I

Miro el alfombra de cuatro patas
cubierta de caos verbal.
Sobre ella se amontonan tótems incrédulos
bastiones de desenfreno hiperactivo
sopa de letras mal revuelta
símbolos borrados.

En uniforme desdén
o agridulce desorden
se posan cartas de aluminio,
una taza de café a medio beber
un cementerio de misiles
cera derramada,
un par de tacones
amenazando las luces
e inocente un afiche que ironiza
la promesa de ser libre.
Por supuesto, no falta el vaso
medio vacío.

Testimonios que observo lejanamente,
como anciana que lee cartas de amor quebradas,
quemadas por el tiempo.
Como cristalinos sonidos de copas gritando
como la cintura del amor
como las noches impresas en blanco y negro.

Me voy revolcando en el tapiz
coronando cada estímulo ruidoso
me pierdo en las trompetas
del venidero verano.
Tomo el inicio de la voz
como punto de partida
del tiempo-espacio,
tomo un sorbo de la moraleja
el laberinto desordenado de la fábula.

Me encuentro ahora, finalmente,
en el piso,
en paredes, en íconos, muecas.
Finalmente me encuentro
pensando en seguirles
esta primavera o la próxima.

II

Estoy probando cosas nuevas
dentro de en un pilón de agua.
Estoy probando cosas nuevas
dentro del ordenador.
Estoy probando cosas nuevas
me observo desde la puerta.

Calculo la distancia
a la que puedo arrojar cenizas
sin ensuciar las tazas de té.
Cuatro días a obscuras
mutando como lamprea del silencio.
Mi madre pregunta si estoy enfermo o triste.
Podría sumar la interrogante
a mis estados de ánimo
a mis ecuaciones con más de una incógnita.

Entre enfermedad y tristeza
no hay una frontera clara
diferenciando sus cimientos
y mi aspecto triste le da a mi cuerpo
los síntomas de la enfermedad.
Mi insomnio está curado.

Todo en este mundo nuevo es odioso.
Todo disminuye mi esperanza de vida.
Todo permanece
en mis reinos
con la promesa de desvanecerse,
todo permanece
en mi cuerpo
en la espera del grito me destruya.

Hay días

La ciudad habla desde el vociferante afán
por empañar todos los espejos.
Despierta antes que yo, antes que todos.
Se mezcla el barullo al piano de Schubert
como en mi boca se mezclan el café
y la mermelada de pomelo.

Me levanto poco después del mediodía
para salir de la rutina de las cuatro y media.
Pero me rolo un porro, para entrar
suavemente en ella otra vez.

Llevo un par de meses colándome
a través de las nuevas costumbres,
intentando escribir del amanecer,
de los edificios y el clima.
De cosas sobre la que la gente
escribe.

Llevo un par de meses mirando
un par de luces de neón
imaginando luciérnagas.
Intentando hallar lo que perdí
entre los edificios y la habitación.
Las cosas sobre la que la gente
pregunta.

Hay días en que todo se reduce
a una cama, al hábito de un gesto.
Pero me tejo algún cuento rápido
de puntos fáciles
y moralejas cortas.

dimanche 6 mars 2016

Triángulo del dragón

Ocaso y horror se mezclaron
en acuarela de matices rojos.
Una pausa y comenzó el conflicto
de aires, masas frías, anticiclones,
chocaron sus ojos a los míos.

Había ciertamente un mundo ideal
de gritos, de chillidos.
Había ciertamente un mundo
donde mis ideas hacían tifón,
lanzándome al Triángulo del dragón.

Entonces desde las profundidades
emergieron luminiscencias
que mis oídos tragaron
y mi boca devolvió.

Las palabras
se proyectaron en las paredes
desde mi cabeza,
como luciérnaga calada.
¿Quién sufrió más
el silencio, tu cama o yo?

samedi 5 mars 2016

Sólo yo

Soy yo atormentándose por las noches
coagulando palabras
extintas y sin sabor.

Estoy ofreciendo gaviotas
el en acantilado.
Pronombro cada frase
anteponiéndome a cualquier resultado
en el cóctel de-mente a tinta llena.

Guardo las hojas secas,
en el verano seco, en tarde seca,
con la garganta sin ruido, seca.

Me mantengo de pie
en la plaza neural
sobre el ágora de los ojos en el piso.

Corto el relámpago
el vacío del silencio
imaginando trompetas.

Fantaseo el día descubierto.
Con el paso de un vuelo aterrizando
con la verdad del siempre-nunca.

Tu ausencia es cuando despierto
tu espacio muerto y mi cuerpo en sombra.

Suspiro manos teñidas
con el pliegue de tu contorno.
Tatuajes dispersos
caos de líneas,
palabras de humo
el incendio en escalinata.

Soy yo, un ser
impaciente, en metástasis
ilusionista
existiendo por cadena perpetua,
subrayando con los dedos
las órbitas elípticas de mis átomos revueltos.

Gotas

Juramentos de sangre,
lenguaje elevándose.
Pasa la cuncuna del tiempo,
cuenta a cuenta
la espera milenaria.

Delinear los límites de las nubes
verter mi contenido
y manchar las siluetas
con mis dedos.

Sabor a polvo de estrellas
sabor a humo
arranca un pedazo de piel
llora una célula muerta.

Dentro de la obscuridad
hay segundos en off
en tercera persona.
Hay sangre hirviendo
gargantas centrífugas
y un timbal.
El alegreto es cardíaco
como una vara de bambú.

Labios inquietos
casi que parpadean
las pestañas bajo tu nariz.
Basta sólo una mirada
de tus ojos
o de tu boca.

Para florecer las salpicaduras
del oleaje de la madrugada.
Basta sólo una mano
y un corazón de bronce
para supurar mercurio.
Bastan sólo un par de silbidos
para resbalar por el crepúsculo.

No sé si eres humano, zombie
o un guerrillero
correspondiendo a las criaturas
de alguno de mis universos.

No puedo ver
como besas mis nombres,
pero descubro que tienes agua en el cuerpo.
Lanzo la moneda
disparo de goma o bala de plata.

Tu respiración
en mis sesos.
Mis nervios
en tus dientes.
Me abandono al miedo
cuando el mundo se extiende en Braille.

Cemento

Pedazos de callejuelas maquilladas
de alegría y profundidad.
Secuestros entre adoquines
y pasos olvidados.
Abstractas convulsiones,
pseudónimos anclados al abismo.

Ojos

Oye mudas palabras
con los ojos sordos, eterniza.
Seduciendo mi corazón de polilla,
con la mirada afónica, importúname.

Yo te sigo entre polvorosos parpadeos,
yo te sigo en ahogados rugidos
caja de sorpresas
tragaluz del alma.