dimanche 20 mars 2016

Palomas negras

He revuelto maniático
el laberinto del dios yo.
Buscando algo que no hallé
y reemplacé con culpas.

Escudriñé mi muerte anticipada
en la montaña del consciente colectivo.
Cincelando cada reglón
con la filosofía de la rabia
con la plaga del tesoro gris.

El tiempo se medía en ganas de orinar,
divididas en cigarrillos.

Tuve el sentimiento de autopistas vacías
en mi corazón,
escribí palabras invisibles
con las yemas de mis dedos
y tuve el valor de sobrevivir
a la locura de saberlo.

Hay sólo un camino donde dejarse volar.
No hay viento en el túnel.

No me gustan los cigarros con menta
quizás por eso termino drogándome solo.
Te conviertes en un pretexto
para continuar despierto.
Arrancando las hojas de mi cráneo
arrancando los porqués de mi telerradiestra.

Se ha roto el acuario de mis fluidos.
Agoté toda sabiduría en planes para volver a  respirarte,
me vierto primitivo
y comienzo y pretendo y tanteo
hablar desde el asco
pero soy dependiente a los gritos de mi cuello en soga.

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