samedi 12 mars 2016

Sobredosis crepuscular

Empezó como un rugido del mar
ensartado en mis oídos.
Luego la ola y su torrente curvo
curvando el mundo.
Difuminando con su corvo de agua
la violenta imagen sensorial.
Sobreponiendo universo tras otro
dentro de torrentes curvos.

Fotografía cóncava
penumbra marina.

Estallé en risas al comprobar
la escalada
el tsunami mental.
Ellos que miran lo saben mejor,
no estoy bien, coexistimos.
Exclamé alertando entre burlas:
-Espera-
Me sostuvo como siempre la izquierda...
De mis osamentas, según recuerdo.

Se llevó mis muslos, mi caja torácica
unidas elásticas a mí.
Sólo restaron aquí mi cabeza, mis pies,
mi sexo.
Estirado a más no poder
en colgajos adrenalínicos.
Luché contra ellos
contra el maremoto mental
y el océano terminado en “sis”.

Me desarticulé
ansioso por encontrarme.
La rabia espumosa
en cada ladrido, en cada latido.
Quise arrojarme contra la pared,
pero contengo el tren de huesos
descarrilando mi mandíbula.

Quizás fue así
quizás no.

Fui fuerte y resistí
con el pulso en cero
frente a ellos,
quienes observan lejanos
con ojos naranja.

Sensaciones inexistentes
como el vapor rodeando el planeta.
Minutos pausados
de la esquizofrenia colectiva.

Sucesivamente se fueron desplomando
las partes de un ser ilusamente
entero.
No tuvo un final
se deshizo despacio
se derritió en mi boca
saltó al agua
me rasqué la cabeza y quise más.

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