mardi 25 novembre 2014

Tiempo al tiempo

El día es sólo un silbido de la noche.
Como en el espacio
como en la pupila.
La vida es sólo lo contrario
a estar dormidos.

¿Y si quizás y de pronto este temblor
ya no sea pasajero?
Como en la muerte
como en la memoria.
Quizás y de pronto soñar
ya no sea pasajero.

¿Por qué no continuar
rompiéndome la cabeza?
¿O arrojarme en un cañón?
¿O por qué no seguir fingiendo que lo sé?
¿Y si quizás y de pronto
ya no sea pasajero?

Entonces tendría que haber un entonces.
Como en el asma
como en la música.
Entonces tendría que comerme dos
de los tres puntos.

Quizás entonces la explosión
ya no sea metafórica.
Quizás para ese entonces
la sangre ya no coagule.
Como en la boca
como en la lógica.

El miedo mordería mis dedos,
da igual si cayó un meteorito
o si fue el arte de combustionarme
los pulmones.
Como en la electricidad
como en la esquizofrenia.
El frío comería mis labios,
da igual si me dejé yo
o si me dejaste tú.

El desenlace sería el mismo.
Como en el incendio
como en el olvido.
La gravedad sería la misma.

El vacío de mi corazón absorbería
el puñado de tierras conocido,
el espacio de tierra que he charcado,
el montículo de escombros generado
el tácito obstáculo que me ha gangrenado.
El vacío en mi corazón sería el mismo
como en la noche
como en el día.
El vacío sería de todo
menos pasajero.

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