samedi 29 novembre 2014

Absentia Nicotinae

Para variar es sábado por la noche
y puedo oír pasos tras el tapial.

¿Por qué acusarme de hablar otro idioma?
¿Por qué yuxtaponerme a la condolencia?
Culpando a mi mente viperina,
dejando cuervos de ansiedad.

¿Por qué no has traído mis cigarrillos?

Para variar es sábado por la noche
puedo tocarte y destocarte con afán.

¿Cómo no dejarme a compraventa?
¿Cómo ilusionarme al punto de esperar?
Arrojándome a la fiebre del Adham,
habitando mamposterías de nada.

Noche de gritos mudando dientes,
de palabras nunca moduladas
y otras que se me esquirlaron.

Interpretando un señorito medieval
me transporté en el helicóptero de Da Vinci.
Yo, que no vivo en tus castillo de incertidumbre,
yo, que vivo bajo el yugo del rey Castaña,
me disloqué las mandíbulas de tanto sonreírte.

Entonces, cerraste de golpe mi rostro
lanzando escombros en mi alma.
Entonces, cerraron en mis ojos los escupitajos
ésos que caían desde tu maldita máquina voladora.

Cuando vi abrirse la noche tras las tres de la madrugada.

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