mardi 25 novembre 2014

Noche Blanca II

Bien podría culpar alcohólicos ritmos de la noche blanca,
lo cierto es que real o no,
sucedió igual de gradual a veces anteriores.
Actualmente la situación es preocupante,
existe dentro de los pliegues cerebrales
una promesa sedante, un déjà-vu imperecedero,
un símbolo marcado entre mis hemisferios.


Los tormentos negruzcos del paisaje
se fueron abriendo en espiral,
apareció tu rostro girando
en los dedos del reloj.
Se congregaron en mis átomos
los trozos restantes del espacio.


No encuentro razones para evitar hablar de ti,
del mismo modo noto ínfimas diferencias
en medio de trances lúcidos.
Y es que tengo el alma dependiente a toda sensación
que comprima las paredes de mi pecho en asma.


Son minutos retorcidos,
con miles de motivos empujando a besarte.
Voy afinando ideas de aluminio
sobre el telar de mi bicefalia,
me voy hundiendo
en arenas movedizas de tus fluidos.
Moriría siete veces al día sólo para oír esta orquesta.

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