samedi 18 mai 2019

Sueño

Un pasillo largo
piso a cuadros.
Puertas.

Taconea el aire
una oruga.
Se revuelven los colores
al final del estrecho.

Desquicio carroñero
sádicas sonrisas.

Imanes contra la fuerza
contra la gravedad.
Me sobrecoge el morbo
cuando se abre la autopista
navego en las palabras.

Contengo la respiración
justo antes de atravesar el parabrisas.
Caigo como una esfera
compacta
de un metro de diámetro.

Me impulsa el verbo
salto
me completo en el aire.

Camino persiguiendo mis dedos
se mueven como rocas
en el desierto de la tierra.

Me empujan un millón de arañas
cangrejos, escorpiones y esqueletos.
Corren, corren, corren.

Me llevan
al ágora de los besos muertos
me desvío besando el piso.

Un brazo de aire
me toma de las manos y entonces
lo amo todo
la ternura, la psicodelia
los saltos, las piruetas.
Paraíso entre los dedos.

Las fechas se empujaron
los días se pelearon con los años
y la lluvia comenzó a caer.

Cada gota escondía un grito
una boca.

Huí con el disfraz de mi asesino.

Esquiando un susurro
absorbiendo un ritual
absorbiendo un tambor
fui por fin libre.

Exterioricé
lo que quedaba en mi cuerpo.
Circulé la luz
las arterias del caleidoscopio
los matices del neón.

Llegué hasta el reflejo
manchando un charco
reboté suavemente en él
acomodé las ondas como almohadas
y con sólo desearlo
tuvo el aroma de mi cama.

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