Cal y canto

Sobre el templo de tu ausencia
sobre el mismo colchón
en que conté tus lunares
quizás la mañana contraria
al choque de nuestras manos.

Sobre la torre de tu ausencia
sobre le mismo camino
en que conocí tus caprichos
quizás el día no sea el mismo.
Pero esta mañana
me pesa como todas las hojas del calendario.

Sobre el altar de mi soledad
me intento armar a pedacitos
intento tapar las partes cariadas.

Quizás Señor X.
El mundo no está hecho para soportarnos.

Se me llena la garganta
de sonidos.
Se me llenan los ojos
de paisajes.
Se me llena la memoria
de azares.

Te extraño como estos veinte pisos
te extraño como las hojas secas
que sigo buscando
por si guardan tu olor
por si morbosamente
me puedan contar algo
que ya sepa de ti.