mardi 4 janvier 2022

Personaje

Una niña perdida
en el mercado de Bangkok.
La motoquera
en alguna carretera rota.
La mujer que gobierna el mundo
el fantasma tras la tele
el monstruo de la otra habitación
la sobreviviente
al desnudo, versión extrema
cuarenta días en el Amazonas,
la que se intentó matar.

Una sobre otra
caen asteroidales
palabra, acento
pausa y respiración
prosa y corazón
los sonidos, los ingredientes
labios, tráquea
palabras
que
desde mi cerebro
hasta mis dedos:
un millón de grises telepáticos
interfieren
se cuelgan a la red
de mi admirable
o patética forma de interpretar.

Intento concentrarme
soy quien escribe
algo
vale la pena mantenerme despierta
congelada al living
incapaz de enfrentarme
a la razón
que
se cuelga a la red histérica
que uso para vestir
con un acento recopilado
hablando un idioma que nunca terminaré.

Desde mi cerebro
hasta mis ojos:
un millón de prendas
interfieren
y se cuelgan a la fibra transparente
un clásico salto al vacío
a la escena final.

Océanos interminables
y los ríos, las lluvias, las habitaciones
interminables
los colchones, los edificios, aviones
los trenes, el baño, la ducha y la cordillera
interminable.

Dos chicos en la tina jugando
a lavarse el cuerpo
tres mujeres unidas en duelo
dependiente trastornado
congelador de mundos
quien no se sabe
quien desea saberlo todo
intenta concentrarse y operar
paso a paso
una agenda inexistente
llena de colores.

Hacinada en diálogos
que pertenecieron a otra
a quién conté lo que iba a abandonar
todo cuanto iba a escribir.

Entre prosa y corazón
y colgando en zig-zag
y dobla contra el tránsito
para perseguir
al criminal que puso la canción
y se fugó.

La trama
se va acumulando
contenida en una respuesta
en remolinos
de condimentos y acentos
olores, árboles
el estar bien, el estar mal
los recuerdos de cada una
mis recuerdos junto a personajes
o mi errada interpretación de ellas
vivir
toma por asalto el espacio entre mi cerebro
y el resto de los accidentes de mi cuerpo.

Aucun commentaire:

Enregistrer un commentaire