mardi 17 novembre 2015

Surrealismo

Quisiera volar los cielos.
Llenarlos de dinamita
y despertar de una tronadura
al viejo travesti.

Colgarme de un arpón
a la nube que llueve
sobre el espejismo viral
de mi necesidad
de confiar en el amor,
de confiar en los sentimientos
o en un tipo detallado de afecto.

Quisiera recuperar la armonía musical
de este rock miserable,
Recuperar el kaleidoscopio
en escala de grises.

Simbólicamente y de un zapatazo
se fue la luz.
El cuarto se fue llenando
de ropa sucia y restos de comida,
de terceras personas.

Un calcetín sin par fue la excusa
para contemplar por horas
el metro cuadrado
que una vela drenaba a mis ojos.

Se lee todo ligeramente efímero,
surrealista.
Pero esta realidad la que aplasta
gruesa y pesadamente
cada uno de nuestros rostros.

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