vendredi 2 janvier 2015

Canción de amor

Río al darme cuenta de la facilidad
en que caigo sobre tu recuerdo...

No culpo, pues estás sobre mi cama,
pues estás en mis pies, en mi habitación
pues estás esparcido como humo y arena
en el desierto frío de mi locura.

Movedizo, cambiante, dificultoso, árido
mañana ofrecerás sombras
y en oasis de cariño saciarás mi sed.

Verdaderamente te esfuerzas,
te fuerzas, nos forzamos
forcejeando ilusiones.
Te esfuerzas en ser desagradable
te fuerzas en serme grato,
nos forzamos a contener la verborragia
forcejeando no cruzar la línea imaginaria
que dibujamos en el piso.

No hay días especiales, ni aniversarios,
tampoco fechas relevantes.
Sólo estamos en anacronía monótona
cuestionando la existencia de un real sentido.
Fecha en que dimos por concluido
Lo que jamás comenzó”.

Ya no le temo a tus distancias
agujereando el tiempo,
no me estremezco más
ni tu rostro plano junto a mí,
ya no más de nada.
Sólo hay yo pensando en la desdicha mía
sólo hay yo en la monstruosidad.

Tal vez deba saltar la línea
mientras imagino juegos de niños
donde corro sin pisarlas y sólo eso.

Los tiempos pasan, no lo deseé
se cumplió el plazo acordado,
pasó así, sin darme cuenta,
del mismo modo en que despierto aferrado
al espectro de lo anhelado.
Reconozco sentirme vivo
¡Por fin!
Reconozco evitar todo
lo que tenga algo de ti,
reconozco estar medio muerto
¡Nuevamente!
Reconozco aburrirme de mí
junto a ti,
reconozco burlarme de mis palabras
¡Haberme sido infiel!
Reconozco todo esto como algo Re-conocido.

Y es justamente hoy
madrugada sin fecha,
mes sin estación y año de nada,
sepultada la esperanza
y sus catalépticos ataques
la desparramo sobre mi mesa de tres patas.

Alcoholizo cualquier porvenir.
Contracturo mi garganta áspera
para ya no ser capaz de beberte,
mutilo tu imagen con esquirlas de titanio.
De ciertos trozos, hago otros más pequeños.

Convierto a la sazón cada parte de mí
en mármol blanco.
Sin estar aún convencido del todo,
guardo cacharros no entregados
en una maleta con destino a Vladivostok.

No podrás imaginar el dolor
de ser quien se transforma en un ser
(es mejor para mí),
puedes imaginarme enarbolando
alguna bandera, cualquiera,
jamás bandera blanca.
No resultará dificultoso para ti
imaginarme mirando el piso
(y es mejor para ti).

Dejo mis intenciones sobre tu almohada
dejo mis promesas en chillidos
dejo mis castillos de agua
dejo de ser implacable, omnisciente, perpetuo o impaciente,
dejo mis soluciones, mis propuestas
dejo de ser yo,
de verme cautivo a sólo mis deseos,
sencillamente me dejo...

¿Qué es un suicidio?
Si éste no lo es, entonces no lo sé...


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